viernes, 20 de febrero de 2015

San Expedito y su increíble respuesta

A fines de diciembre de 2014, me vi sometido a una situación muy difícil. Fueron momentos muy angustiantes y parecía que esa presión nunca terminaría. Pero me acerqué a una capilla temporal que está ubicada en calle Cuevas con Estado en la ciudad de Rancagua en Chile, y le pedí a San Expedito por ayuda. Inmediatamente vino la respuesta y todo se resolvió. Fue increíble su respuesta...

Gracias San Expedito por tu intercesión y por enviarme ese alivio que tanto necesitaba... Gracias de todo corazón maravilloso santo que Dios y Jesús nos ha puesto para encontrar una salida... Solo de Dios has podido venir para tomar nuestra mano y conducirnos a la tranquilidad y llevarnos hacia la luz y esperanza que tanto necesitamos...

Querido San Expedito, que Dios te entregue más y más dones y virtudes para acudir en beneficio de los que te invocan y piden de tu misericordia y paz... 

De un sincero y agradecido servidor de los siervos de nuestro Señor...    
 
Chile, febrero de 2015

martes, 17 de febrero de 2015


El 19 de cada mes le conmemoramos



1· Hacer la señal de la cruz
2· Rezar un acto de contrición
3· Hacer la oración para todos los días
4· Pedir en silencio la gracia que se desea alcanzar
5· Leemos la meditación para cada día
6· Rezar un Padre Nuestro, tres Ave María y un Gloria
7· Hacemos nuevamente la señal de la cruz.

Oración a San Expedito para cada día
¡Glorioso San Expedito!, Grandes han sido los méritos de tu inquebrantable fe, vuelca en nosotros tus virtudes y haz que a imitación tuya prefiramos las delicias celestiales sobre las tentaciones del mundo.
Sed nuestra guía y ayúdanos a transitar con esperanza nuestra vida terrenal. Te pedimos fervorosamente alivio para los que sufren y tu intercesión ante Jesús, nuestro Salvador, para que abra las puertas del cielo a las almas que aguardan en el purgatorio. Por Jesucristo Nuestro Señor.
Amén.
Jaculatoria: San Expedito, valiente defensor de la Iglesia de Cristo, ruega por nosotros que recurrimos a Ti.

Primer día: Juventud

San Expedito, conserva en mi un corazón joven, motivado por las cosas nuevas que surgen en mi vida diaria. Hoy que recurro a ti con la esperanza de que vos me ayudes en esta situación que debo resolver urgentemente. Te pido que irradies mi corazón de optimismo, para que pueda descubrir cada día aquellos momentos que son únicos e irrepetibles, como señales de Nuestro Señor.
Bríndame esa capacidad para descubrir nuevas alternativas, donde hoy solo veo confusión y cansancio. Escucha mi llamado y atiende mi pedido, porque te necesito. Lleva mis oraciones al Señor para que Él haga en mi su voluntad.

San Expedito, valiente defensor de la Iglesia de Cristo, ruega por nosotros que recurrimos a Ti.

Segundo día: Coraje

San Expedito, inunda mi corazón de coraje para afrontar con valentía estos tiempos que hoy me asustan. Guía mis pasos valiente soldado de Cristo. Desarrolla en mi la virtud de la cual tu eres portador y hazme fuerte en alma y espíritu para poder seguir adelante en estos días en que temo. Tú que fuiste un hombre valiente, enséñame a convivir con mis miedos y mis dolores diarios, para que así pueda salir adelante y triunfal ante la adversidad.

San Expedito, valiente defensor de la Iglesia de Cristo, ruega por nosotros que recurrimos a Tí.

Tercer día: Disponibilidad

San Expedito , Tú que siempre estás disponible para ayudar en las causas justas y de urgente solución, acude a mis oraciones y brindame tu ayuda hoy que recurro a Ti en busca de consuelo y de soluciones. Muéstrame cuál es el camino que debo seguir para que pueda solucionar los problemas que hoy me surgen. Guía a cada uno de mis pasos y ábreme el camino ante todas las tempestades. Porque confío en que sólo vos podés ayudarme. Ven en mi auxilio y muéstrame un rayo de sol que ilumine mi alma.

San Expedito, valiente defensor de la Iglesia de Cristo, ruega por nosotros que recurrimos a Ti.

Cuarto día: Justicia

San Expedito, Tú que tienes un corazón justo, haz que se haga justicia ante las injusticias diarias que hoy me rodean, muéstrame que es posible la oportunidad de cambiar las situaciones que hoy me perturban. Guía cada una de mis palabras para poder ser claro ante las adversidades, porque sé que si mi mente está clara será más fácil tomar la decisión correcta ante tanta confusión.

San Expedito, valiente defensor de la Iglesia de Cristo, ruega por nosotros que recurrimos a Ti.

Quinto día: Humildad

San Expedito bríndame un corazón humilde como el tuyo porque necesito aprender a ser humilde de corazón. Transforma mi soberbia en humildad que se exprese en mis actos diarios. Hoy me acerco humildemente a Ti para pedirte que me ayudes ante las cosas que no puedo cambiar, para que de alguna manera se modifiquen y se exterioricen en mi. Confío en que tú me enseñarás como hacerlo.

San Expedito, valiente defensor de la Iglesia de Cristo, ruega por nosotros que recurrimos a Ti.

Sexto día: Renuncia

San Expedito, ayúdame a renunciar a todas aquellas cosas que me hagan mal, vos sabés cuales son. Así que las deposito en tus manos para que me muestres cuál es el camino de la renuncia. Muéstrame como hacerlo, guía mis actos, todo te lo entrego a fin de que tú me guíes en estos momentos. Vos que has sido sabio por haber dejado todo y entregarte solícitamente a Dios, aun sabiendo cual era tu destino, bríndame aquella fortaleza de corazón para la renuncia, que en vos confío mis pasos y mis decisiones.

San Expedito, valiente defensor de la Iglesia de Cristo, ruega por nosotros que recurrimos a Ti.

Séptimo día: Fe

San Expedito acrecienta cada día más mi fe. Haz que ella crezca más día tras día, escucha mis palabras hoy que llego a Ti con esperanza. Muéstrame cuál es el camino que me conduce a Dios. Tú que has creído acrecienta mi fe cada día, como fiel representante de Cristo Nuestro Salvador. Devélame cuá es mi misión en el mundo para que yo pueda llevarla a cabo con fe y alegría.

San Expedito, valiente defensor de la Iglesia de Cristo, ruega por nosotros que recurrimos a Ti.

Octavo día: Esperanza

San Expedito, siembra en mi la semilla de la caridad de compartir con otros la dicha de encontrarte. Que la caridad sea para mi un regalo de Dios que siembra la fe en otros corazones. Confío plenamente en que podrás ayudarme ante las adversidades y guiarás mis pasos para que pueda ejercer la caridad entre mis hermanos.

San Expedito, valiente defensor de la Iglesia de Cristo, ruega por nosotros que recurrimos a Ti.

Noveno día: Caridad

San Expedito, siembra en mi la semilla de la caridad de compartir con otros la dicha de encontrarte. Que la caridad sea para mi un regalo de Dios que siembra la fe en otros corazones. Confío plenamente en que podrás ayudarme ante las adversidades y guiarás mis pasos para que pueda ejercer la caridad entre mis hermanos.

San Expedito, valiente defensor de la Iglesia de Cristo, ruega por nosotros que recurrimos a Ti.


SAN EXPEDITO

INTERCESOR DE CAUSAS URGENTES E INMEDIATAS



Historia de San Expedito

No se conoce a ciencia cierta la fecha de su nacimiento, pero si la de su muerte. El dato más exacto de la existencia de este Santo Mártir corresponde a un Martiriológico Romano, de la ciudad de Melitene (hoy Malatya), situada en la actual Turquía. En este documento, está asentada su decapitación, el día 19 de abril del año 303, junto a cinco militares cristianos que se rehusaron a seguir la religión politeísta del Imperio. Estos mártires fueron Hermógenes, Caio, Aristónico, Rufo y Gálatos.
Ellos padecieron junto a San Expedito, la pena de la flagelación y la decapitación por haberse convertido a la nueva religión. Si bien se desconocen muchos datos de su vida, se han descubierto los rastros fundamentales que nos develan los hechos más significativos de su existencia. Por un lado, gracias a su nombre se sabe con certeza que Expedito era un joven soldado perteneciente al Imperio Romano, dado que el término Expeditus, se utilizaba para designar a los soldados pertenecientes a la fuerza ligera de aquél ejército, los expedití. Esta fuerza de infantería se diferenciaba de las otras tropas, porque utilizaban armamentos livianos para facilitar el ataque en las batallas. Los historiadores presumen que la tropa de San Expedito era un cuerpo de infantería expedití, porque en aquella época los apellidos de cada persona se derivaban de la actividad o profesión que practicaban.
Por otro lado, existen otros investigadores de la vida de San Expedito que afirman que en realidad el nombre del Mártir era Elpidius y se transformó en Expedito por un mero error de una copista que escribió mal su nombre. Esta hipótesis también puede ser cierta, dado que en los primeros tiempos de la Iglesia todos los documentos testimoniales eran realizados a mano por los monjes copistas. Sin embargo, la Iglesia se ha inclinado más por la primera versión ya que gracias a ella, se pudo establecer con certeza los puntos principales de la vida de San Expedito. Asimismo, hay que tener en cuenta que tanto el hombre de Elpidius o el de Expeditus ambos son de origen romano, lo cual indica, con certeza, el origen de su nacionalidad y de su profesión. Para comprender más las circunstancias del martirio de San Expedito, nos dedicaremos en un principio a hacer un breve recorrido histórico, a fin de contextualizar la vida de este Santo y en un segundo momento, nos dedicaremos netamente a la historia y ala devoción del mismo.
Según la tradición, la Legión Fulminante que dirigía Expedito estaba en guerra contra los pueblos Bárbaros en la región de Germania, que abarcaba el actual territorio de Armenia y Turquía. Los soldados del Imperio Romano se encontraban ya sin ánimo de ganar la batalla porque se habían quedado sin provisiones. San Expedito, intentaba a toda costa darles esperanza para ganar la lucha, pero los soldados a su cargo padecían de hambre y sed. Esta situación, podía más que las palabras de su General de División.
La Fulminata se encontraba en peligro, porque habían sido cercados por sus enemigos, ya no tenían escapatoria y todos morirían, a menos que ocurriera un milagro. Los soldados conocían que los cristianos se arrodillaban y con los brazos abiertos en dirección al cielo se ponían a rezar, y Dios les enviaba milagros. Ellos habitualmente perseguían a los cristianos por estas prácticas, pero jamás las habían experimentado en carne propia.
Mientras tanto, los Bárbaros se acercaban amenazantes a los soldados comandados por Expedito y viendo que esto era el fin, todo el ejército romano se arrodilló y comenzó a rezar, pidiéndole a Dios una solución inmediata, ante la amenaza de los Bárbaros. Los enemigos, perplejos por contemplar a 6.821 soldados del Imperio Romano arrodillados rezando, se quedaron inmóviles, mientras demoraban su ataque.
Unos instantes después, el cielo se tornó gris y comenzó a soplar un intenso viento, que desató sorpresivamente una gran tormenta. Cada vez la lluvia era mayor, convirtiéndose finalmente en una gran tempestad. Esto provocó una gran confusión en el enemigo. Los soldados de Expedito, juntaron agua con sus cascos y calmaron su sed mientras recobraban sus fuerzas. Al cabo de unos instantes, la situación se había revertido y la Fulminata salió victoriosa en la batalla.
Este episodio milagroso dio lugar a que todos los hombres de la Fulminata reflexionaran acerca de la verdad de las palabras de los cristianos. Ellos habían rezado al Dios de los Cristianos y habían sido escuchados. Fue así como la mayoría de los Legionarios se convirtieron a la nueva religión que adoraba a un único Dios, creador y salvador, que amaba a todos los hombres por igual.
Expedito conocía la historia de Jesús y según la tradición, él se conmovía con la historia de sus enseñanzas. El había escuchado la historia miles de veces, pero siempre ponía excusas para su conversión. Cada vez que un cristiano se le acercaba, él lo escuchaba atentamente mientras le contaban como: “Todos los creyentes estaban muy unidos y compartían sus bienes entre si: vendían sus propiedades y todo lo que tenían, y repartían el dinero según las necesidades que tenían cada uno. Todos los días se reunían en oración y en las casas partían al pan y comían juntos con alegría y sencillez de corazón. Alababan a Dios y eran estimados por todos; y cada día el Señor hacía crecer la comunidad con el número de los que El iba llamado para su salvación” (Hechos 2,43-47)
No obstante, Expedito siempre dejaba su conversión al cristianismo para otro día, ya que él era un General de División del Imperio Romano y su tarea era la de perseguir a los cristianos, por no adorar a los dioses de la religión oficial. Este motivo, era el que no le permitiría tomar la decisión de abandonarlo todo y convertirse al Cristianismo. Al contemplar lo que había ocurrido con la Fulminata el ya no tuvo más dudas, y aceptó cargar su propia cruz, siendo plenamente consiente de que está decisión lo conduciría a una muerte segura si era descubierto
Luego de la conversión de Expedito y de lo ocurrido con la Fulminata, muchos soldados comenzaron a oponerse a participar de los ritos destinados a rendir tributo a los ídolos romanos. Los nuevos soldados de Cristo, se negaban rotundamente a postrarse ante los dioses paganos. Esta actitud del ejército disgustó mucho a Diocleciano, porque si bien, el Emperador respetaba la libertad de culto de los pueblos conquistados, no podía permitir una insurrección dentro de las tropas que representaban su Imperio.
El ejército, era la institución por excelencia que perseguía a los cristianos y no podía existir en él hombres que no siguieran a la religión oficial del Imperio Romano. Fue de este modo, como Galerio, dirigente de las Provincias Romanas que estaban ubicadas en Asia Menor y a su vez yerno del propio Diocleciano, dio la orden de matar a Expedito por ser la cabeza principal de la Fulminata.
Expedito fue martirizado, en la ciudad de Melitene, en América, el 19 de abril del año 303, con la pena que recibirían los oficiales por haberse convertido al Cristianismo. Ella consistía en pasar primero por la flagelación y luego por la decapitación. Este dato se sabe con certeza porque los cristianos que no pertenecían al Imperio Romano, eran martirizados, con muertes más cruentas que ésta.
Luego de su muerte, no hay datos exactos sobre la localización de su tumba. Por tradición se cree que su cuerpo fue sepultado por los cristianos y que por seguridad, ellos no revelaron su localización exacta.


San Expedito

San Expedito era un militar romano que vivió a principios del siglo IV, comandante de una legión romana en la época del emperador Dioclesiano.
Cuenta la leyenda que en el momento de su conversión, tocado por la gracia de Dios, resuelve cambiar su vida y convertirse al cristianismo, ya que lo había conmovido profundamente la actitud de los cristianos al enfrentar la muerte.

Fue entonces que se le apareció el espíritu del mal en forma de cuervo y el cuervo le gritaba "cras...! cras...! cras...!" que en latín significa "mañana...mañana...mañana..." Esta decisión déjala para mañana! No tengas apuro! Espera para tu conversión!".

Pero San Expedito pisoteando al cuervo gritó "Hoy! Nada de postergaciones!".

Es por eso que San Expedito es un Santo que atiende los casos urgentes, en este mismo momento, los casos que, de producirse una demora, habría un gran perjuicio. Pero este Santo Patrono Expedito, no atiende para ser venerado, sino que en acción de gracias, nos acerquemos a Dios, sin postergaciones, siguiendo su ejemplo.

Es conocido como uno de los abogados de las causas imposibles, junto con Santa Rita y San Judas Tadeo, a quienes también se les suele invocar en estos casos.
También ha pasado a ser patrono de las personas que quieren obtener una gracia por una causa perdida, pero la necesitan inmediatamente.